La Nube de Oort es una vasta y distante región esférica compuesta por cuerpos helados que rodea el Sistema Solar. Se extiende desde aproximadamente 2.000 hasta 100.000 unidades astronómicas (UA) del Sol y se considera la principal fuente de cometas de período largo. Su existencia fue postulada en 1950 por Jan Oort, quien analizó las órbitas de cometas de largo período y dedujo que debían provenir de una reserva lejana y aún no observada directamente. Aunque su detección sigue siendo un reto debido a su baja densidad de objetos y a las enormes distancias implicadas, se han desarrollado modelos teóricos y estudios de cometas para caracterizar sus propiedades.

Estructura de la Nube de Oort
La Nube de Oort se divide en dos regiones: la Nube de Hills, o nube interna, y la nube externa. La Nube de Hills se encuentra entre 2.000 y 20.000 UA y contiene una alta densidad de objetos, actuando como un reservorio dinámico de cometas. La nube externa, que se extiende hasta 100.000 UA, es más difusa y se cree que contiene objetos con órbitas inestables, lo que explica la generación de cometas de período largo cuando estos cuerpos son perturbados gravitacionalmente.
Los objetos en la Nube de Oort están compuestos principalmente de hielo de agua, amoníaco y metano, junto con silicatos y compuestos orgánicos. Se estima que los tamaños de estos cuerpos varían desde unas pocas decenas de metros hasta más de 100 kilómetros de diámetro. Modelos de distribución de masa sugieren que la Nube de Oort podría contener entre 1 y 100 masas terrestres en total, aunque este cálculo es incierto debido a la falta de observaciones directas.
Origen y evolución
La Nube de Oort se formó hace aproximadamente 4.600 millones de años, durante las primeras etapas de evolución del Sistema Solar. Los objetos que la componen se originaron en la región donde hoy se encuentran los planetas gigantes, pero fueron expulsados a grandes distancias por interacciones gravitacionales con Júpiter y Saturno. La acción combinada de la marea galáctica y perturbaciones estelares modeló la distribución esférica que se observa en simulaciones actuales.
Estudios recientes han sugerido que un porcentaje considerable de los objetos de la Nube de Oort podría haber sido capturado de otros sistemas estelares durante la fase de formación del Sol en su cúmulo natal. Esto explicaría la presencia de cuerpos con inclinaciones orbitales extremas y composiciones químicas diversas dentro de la nube externa.

Influencias externas y dinámica orbital
La estabilidad de la Nube de Oort depende de múltiples factores externos. Entre ellos destacan los encuentros cercanos con estrellas, la influencia gravitacional de la Vía Láctea y el paso de nubes moleculares gigantes. Estos eventos pueden alterar las órbitas de los objetos en la nube y enviar algunos hacia el interior del Sistema Solar, donde se manifiestan como cometas de período largo. Se estima que aproximadamente un cometa de la Nube de Oort ingresa en el Sistema Solar cada 2.500 años en promedio.
El movimiento del Sol a través de la galaxia genera variaciones en su entorno gravitacional, conocidas como la marea galáctica. Este fenómeno provoca pequeñas aceleraciones que pueden desestabilizar los objetos más externos de la nube, generando lluvias periódicas de cometas que podrían estar relacionadas con eventos de impacto en la Tierra a lo largo de la historia geológica.
Investigaciones recientes y hallazgos
Aunque la Nube de Oort no ha sido observada directamente, su estudio se basa en la caracterización de cometas de período largo y en modelos teóricos. Observaciones recientes de cometas como C/2013 A1 (Siding Spring) y C/2017 K2 (PANSTARRS) han permitido obtener información valiosa sobre la composición y la dinámica de estos cuerpos, confirmando la hipótesis de que provienen de regiones extremadamente frías y distantes.
El descubrimiento de objetos interestelares como 1I/’Oumuamua y 2I/Borisov ha impulsado el estudio de la interacción entre la Nube de Oort y cuerpos de origen extrasolar. Estos hallazgos sugieren que nuestro Sistema Solar puede estar intercambiando material con otros sistemas estelares, un fenómeno que podría ser más común de lo que se pensaba.
Representación de Oumuamua

Simulaciones recientes, basadas en datos del satélite Gaia, han modelado la influencia de estrellas cercanas, como Próxima Centauri y Alpha Centauri, en la estructura de la Nube de Oort. Se ha determinado que estos encuentros estelares han modificado significativamente la distribución de objetos en los últimos millones de años y que futuras interacciones podrían alterar aún más la estabilidad de la nube.
Se espera que el telescopio espacial Nancy Grace Roman, programado para lanzarse en los próximos años, pueda detectar objetos de la Nube de Oort en el infrarrojo, permitiendo una mejor caracterización de su población y dinámica. Asimismo, futuras misiones espaciales han propuesto la posibilidad de enviar sondas hacia la región externa del Sistema Solar para obtener mediciones directas de estos objetos.
Fuentes consultadas
- Dones, L., Weissman, P. R., Levison, H. F., & Duncan, M. J. (2004). Oort Cloud Formation and Dynamics. Comets II, 153-174. University of Arizona Press.
- Królikowska, M., & Dybczyński, P. A. (2010). Dynamical Evolution of Long-Period Comets. Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, 404(4), 1886-1902. https://doi.org/10.1111/j.1365-2966.2010.16402.