El Cometa Encke (2P/Encke) es un cometa periódico con el período orbital más corto conocido, aproximadamente 3.3 años. Descubierto en 1786 por Pierre Méchain, fue Johann Franz Encke quien calculó su periodicidad en 1819, estableciendo su naturaleza recurrente. Su estudio ha sido clave para comprender la evolución de los cometas periódicos y su influencia en el medio interplanetario.

Características del cometa Encke
Este cometa pertenece a la familia Júpiter, una categoría de cuerpos cuyo movimiento está influenciado por la gravedad del gigante gaseoso. Su núcleo tiene un diámetro estimado de 4.8 km y presenta baja actividad debido a la sublimación reiterada de sus volátiles tras numerosas aproximaciones al perihelio. Su forma irregular sugiere que ha experimentado múltiples eventos de fragmentación a lo largo de su historia.
Los datos espectroscópicos revelan la presencia de hielo de agua, monóxido de carbono y compuestos orgánicos. Observaciones del Telescopio Espacial Spitzer indican que su coma tiene una baja proporción de polvo en comparación con otros cometas, lo que sugiere una superficie cubierta por una costra inactiva. Estudios con el telescopio Hubble han permitido analizar la dinámica de su coma, confirmando que su actividad es más intensa en la región del perihelio y que su emisión de gas varía según la orientación de su núcleo.
Dinámica Orbital y Relación con la Familia Taurida
Su órbita es elíptica, con perihelio a 0.33 UA y afelio a 4.1 UA. Posee una inclinación orbital de 11.8º y una excentricidad de 0.85, resultado de interacciones gravitacionales con Júpiter y los planetas interiores. Modelos de dinámica celeste sugieren que, en un plazo de 50,000 años, la órbita del cometa puede experimentar modificaciones significativas debido a perturbaciones gravitacionales.
El Cometa Encke es la fuente progenitora de la corriente meteórica de las Tauridas. Se ha confirmado que estos meteoroides provienen de fragmentos desprendidos del cometa en pasadas aproximaciones al Sol, con características espectrales coincidentes con materiales cometarios. Estudios recientes han sugerido que algunas Tauridas pueden estar compuestas por fragmentos de gran tamaño, aumentando la posibilidad de impactos significativos en la Tierra en escalas de tiempo geológicas.

Interacciones con el Viento Solar y Fenómenos Electromagnéticos
Durante su paso por la heliosfera interna, el cometa interactúa intensamente con el viento solar. Observaciones del satélite STEREO han registrado desconexiones de su cola plasmática debido a eyecciones de masa coronal. Estos eventos de desconexión han permitido a los astrónomos estudiar la interacción entre el campo magnético solar y las estructuras cometarias.
La investigación de la sonda Parker Solar Probe ha permitido analizar la interacción de su coma y cola ionizada con el campo magnético interplanetario, aportando información sobre la dinámica del plasma solar. Además, estudios de polarización en luz visible han mostrado que el polvo emitido por Encke tiene propiedades ópticas distintas a las de otros cometas, sugiriendo diferencias en su composición y en los procesos de erosión cometaria.

Investigaciones Recientes y Modelado Numérico
Modelos termofísicos indican que la tasa de sublimación del Cometa Encke ha disminuido, reduciendo su actividad en escalas de tiempo geológicas. Simulaciones de mecánica celeste sugieren estabilidad orbital en plazos de hasta 10,000 años, con perturbaciones menores por encuentros con Marte y la Tierra. Modelos de evolución cometaria predicen que Encke podría extinguirse en un lapso de decenas de miles de años, dejando únicamente una corriente de meteoroides en su lugar.
Un estudio del Astrophysical Journal con datos del telescopio Pan-STARRS ha mostrado que la fragmentación del cometa ocurre de manera estocástica, contribuyendo a la corriente meteórica Taurida. Se ha identificado que algunos de estos fragmentos pueden superar los 100 metros de diámetro, lo que refuerza la necesidad de monitorear su evolución a largo plazo.
Los radares de Arecibo indicaron la existencia de fragmentos de hasta 100 metros de diámetro, algunos de los cuales han sido catalogados como Objetos Cercanos a la Tierra (NEOs) debido a su potencial riesgo de impacto. Estudios de dinámica orbital han sugerido que algunos de estos fragmentos podrían cruzar la órbita terrestre en el futuro, destacando la importancia de su vigilancia continua.
Conexión con la Historia Geológica Terrestre
Algunos estudios sugieren que fragmentos del Cometa Encke podrían haber impactado la Tierra en los últimos 20,000 años, posiblemente relacionados con eventos climáticos abruptos durante el Dryas Reciente, aunque esta hipótesis sigue en debate. Se han encontrado indicios en depósitos geológicos que sugieren un incremento en la cantidad de material extraterrestre en este período, lo que ha llevado a algunos científicos a considerar la posibilidad de una relación con el cometa Encke y la corriente de Tauridas.
Investigaciones en cráteres de impacto recientes han identificado estructuras que podrían haber sido generadas por fragmentos de este cometa. Simulaciones en supercomputadoras han permitido estimar la probabilidad de impactos en distintas regiones del planeta y evaluar su potencial influencia en el clima y la biosfera terrestre.
Fuentes consultadas
- Babadzhanov, P. B. (2001). «Meteor showers associated with near-Earth asteroids and extinct comets.» Astronomy & Astrophysics, 373(1), 329-335. https://doi.org/10.1051/0004-6361:20010554
- Sekanina, Z. (1992). «Recurring Outbursts of Comet 2P/Encke and Their Dynamical Consequences.» Astronomical Journal, 104(1), 472-482. https://doi.org/10.1086/116264
- Whipple, F. L. (1951). «A Comet Model. II. Physical Relations for Comets and Meteors.» Astrophysical Journal, 113, 464-474. https://doi.org/10.1086/145416
- Ye, Q., et al. (2018). «A Comprehensive Study of the Taurid Complex and Its Relationship to Comet 2P/Encke.» Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, 479(4), 4991-5005. https://doi.org/10.1093/mnras/sty1679